No sé lo que quiero, sólo sé lo que no quiero.
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COMO NO SABÍAS DISIMULAR, ME DI CUENTA ENSEGUIDA DE QUE PARA VERTE COMO YO QUERÍA ERA NECESARIO EMPEZAR POR CERRAR LOS OJOS...
No sé lo que quiero, 
Valerie Tasso, conmigo y mi hermano, Joan Manel Tena, tras entrevistarla en el programa de radio que dirige él; Sense Problemes.
- ¿Aceptan propinas a bordo?
Vida Winter es una anciana escritora de éxito. Sus lectores adoran sus novelas, pero nadie sabe nada acerca de ella. Ni siquiera su verdadero nombre. En cada entrevista que concede, inventa un pasado. Y el auge de su leyenda tiene mucho que ver con un misterio que rodea su mejor obra: Trece cuentos de cambios y desesperación; ya que tras el cuento número doce sólo hay páginas blancas. El décimotercero parece que no existe. 
Siempre me he caracterizado por ser un tanto fantasiosa y peliculera. Cuando era pequeña había visto tantas veces La sirenita y Un, dos, tres ¡Splash! que creía firmemente que cualquier día me saldrían escamas en el cuerpo y una larga cola de pez en lugar de piernas. Salía de la ducha y , mientras me secaba, miraba atentamente mi cuerpo de arriba a abajo intentando encontrar algún indicio de mi inevitable mutación.
Ahora que está tan reciente la vuelta al trabajo y a la rutina, puede parecer inverosímil afirmar que hay oficios que son más divertidos que un día de vacaciones. Sin embargo, si el día a día laboral incluye comer un sandwich con Hugh Grant, recibir un dibujo del creador de Los Simpson o compartir una animada charla con una guapa actriz, quizá los escépticos empiecen a hacerse una idea de que eso es posible. 
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Charles Balanda es un hombre de éxito. O, al menos, aparentemente. Se aproxima a los cincuenta y es un arquitecto de prestigio que viaja contínuamente. Está casado con una respetable mujer llamada Laurence y la hija de ésta, Mathilde, le quiere como si fuera su verdadero padre. Sin embargo, un día recibe una carta de tan sólo tres palabras que le cambia la vida: “Anouk ha muerto”. La pérdida de esta mujer, su primer gran amor, hará que todo aquello en lo que ha creído se tambalee y decida dar un brusco giro a su vida.
able que en buena parte de este libro se haya decantado por no usar pronombres, ni nombres propios, escribir algunos diálogos sin comillas y saltar del pasado al presente de forma bastante confusa. Teniendo en cuenta que la novela tiene casi 600 páginas, es un handicap terrible que al lector le cuesta identificar la voz del narrador y se pierda durante bastantes páginas. La escritora francesa ha confesado sentirse “decepcionada” por las numerosas críticas que ha recibido de sus fans, alegando que una novela es más que unos cuantos pronombres y guiones. Tiene razón, sin embargo, este arma de doble filo hace que el lector no se enganche del todo a la historia y tenga que hacer un sobreesfuerzo por leer páginas confusas hasta que le encuentra sentido a todo. 