
Valerie Tasso está harta de lo que ella llama discurso normativo del sexo, y que no es más que lo que siempre nos han hecho creer acerca de él. Le parece un sacrilegio que algo tan importante en nuestras vidas esté plagado de tópicos y clichés “que se pegan más que el chicle a la suela del zapato”. Por eso, su antimanual pretende acabar con todos ellos e impregnar al lector con experiencias propias que logren que se replantee esas falsas creencias y con el objetivo de que “cada uno actúe desde la libertad que da el conocimiento”.
La autora de Diario de una ninfómana se ha topado en su vida con dos personas que le aseguraron que el sexo no existía, sino sólo lo que hacemos con él. A raíz de esta afirmación y de la máxima de Focault -el sexo se oculta hablando de sexo- la autora propone un antimanual para acabar de una vez por todas con los tópicos que le rodean.
Sin duda, si teníamos que depositar nuestra confianza a una maestra de este arte, ella es la adecuada. Sus vivencias como ex prostituta están muy presentes en cada capítulo, pero también las teorías y conocimientos que le aportaron su doctorado en Sexología. Las dos caras complementarias de una misma moneda: conocimientos y experiencia.
La mayoría de capítulos se inician con una cita célebre, una conversación que mantuvo Valérie en su momento con otra persona o incluso una noticia del diario. Seguidamente, la autora explica una experiencia personal relacionada con el tema en cuestión y los motivos por los cuales considera que es un tópico erróneo. En sus argumentos, además, siempre tiene un peso importante la etimología de las palabras, que en más de una ocasión sorprenderán al lector. De este modo se van desgranando temas como: la importancia de la primera vez, si el mejor amante es el hombre que más tiempo aguanta, el multiorgasmo o si los homosexuales son promiscuos.

Hay algunos capítulos que realmente te hacen reflexionar a raíz de los argumentos y comentarios de la escritora francesa, en cambio, también hay otros en los que el lector probablemente no acabe de ver la conexión entre tópico y las historias personales. Éstas, en general, son lo más interesante del manual, y las hay de todo tipo: la mujer que creía que era nifómana y sólo había estado con dos hombres, una confesión de la autora: se masturbó en pleno Louvre mientras un guía explicaba un cuadro, la de aquel cliente del burdel que disfrutaba “metiéndola durante 59 minutos y correrse cuando sonaba la alarma del reloj al cumplir la hora” o la inquietante (y desagradable) historia del hombre que pagaba para que el burdel le diera los preservativos usados por las prostitutas y con los que luego él se masturbaba.
El fin del manual es loable: acabar con los tópicos, clichés y tabús que acechan desde siempre a algo tan discutido como placentero. El (anti)manual de Valérie no será el definitivo, pero sí hará reflexionar al lector y conseguirá que a partir de ahora se acerque a algunos temas desde una nueva perspectiva.
Reseña publicada en www.ciberanika.com