jueves, 18 de septiembre de 2008

¿Por qué cuando era pequeña me odiaban las estrellas de Hollywood ?

Siempre me he caracterizado por ser un tanto fantasiosa y peliculera. Cuando era pequeña había visto tantas veces La sirenita y Un, dos, tres ¡Splash! que creía firmemente que cualquier día me saldrían escamas en el cuerpo y una larga cola de pez en lugar de piernas. Salía de la ducha y , mientras me secaba, miraba atentamente mi cuerpo de arriba a abajo intentando encontrar algún indicio de mi inevitable mutación.

Por aquel entonces yo creía que el cine era una especie de teatro tras una pantalla. El mecanismo era así: cada vez que yo quería ver una película le sonaba una alarma- que emitía una luz verde- a un señor que siempre llevaba unos auriculares puestos y que vivía en algún lugar entre mi tele y Hollywood. Él se encargaba entonces de llamar por teléfono a todo el reparto artístico del film para que actuasen en directo. Por eso, dentro de mí, sentía un poco de pudor y vergüenza al repetir tanto las películas.
Imaginaba a los protagonistas de La princesa prometida, Dentro del laberinto o Aventuras en la gran ciudad haciendo su vida: comiendo, durmiendo, de paseo con sus hijos... cuando de repente eran interrumpidos por una llamada. En mi mente, ellos se quejaban, maldecían y resoplaban de mala gana un "bufff. ¿otra vez? qué niña más pesada"... Yo suspiraba, soltaba un tímido "Lo siento" y me sentaba en el sofá, feliz, pero también un poco avergonzada.

Pasé gran parte de mi infancia creyendo que la mitad de estrellas de Hollywood me odiaban y que quizá no era algo bueno ser tan cinéfila.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que soy una persona con mucha suerte. He entrado en tu blog y he leído este recuerdo infantil, tuyo, tan personal y a la vez tan entrañable, tierno...tan bonito...

y además lo cuentas con sencillez, espontaneidad y mucha naturalidad.

Encantador de principio a fin.

besos conmovidos

josephb

Anónimo dijo...

Como me he reido con esta historia tan ingenua y tierna a la vez.Hija la verdad no sabia que tuvieras esa imaginacion tan desbordante.Pepi