viernes, 16 de enero de 2009

Cómo hablar de los libros que no se han leído (Pierre Bayard, Anagrama)


"Para conocer la cosecha y la calidad de un vino no es necesario beberse el tonel entero. Debe ser facilísimo decir en media hora si un libro vale algo o no vale nada".
Oscar Wilde

Probablemente todos nos hemos visto alguna vez en la situación de tener que hablar de un libro que no hemos leído. Para algunos es un momento incómodo que afrontan con timidez, mientras otros son capaces de elaborar un lúcido discurso a raíz de lo que han oído o leído sobre él. Los más valientes, incluso, basarán su opinión en el visionado de la adaptación cinematográfica -con el evidente peligro que sabemos que ello conlleva: tramas cambiadas, personajes que desaparecen o se funden con otro…-

El objetivo que tiene Pierre Bayard en este libro de sugerente título es precisamente desacomplejarnos: intenta que asumamos con naturalidad esta inocente trampa que, seguro, es más común de lo que creemos.

Sin ir más lejos, el propio autor, profesor de literatura francesa en la Universidad de París, confiesa abiertamente hacerlo comúnmente. Por ejemplo: el Ulises de Joyce. No lo ha leído, no piensa hacerlo y sin embargo sabe que es una readaptación de La Odisea, que es un largo monólogo interior, que la acción se desarrolla en Dublín durante un día…información suficiente para considerar que, pese a no haberlo leído, está capacitado para mantener una conversación sobre su contenido.


Para aquellos escépticos que aún no vean con buenos ojos esta práctica, el autor propone una acertada reflexión: incluso el más ávido lector siempre será un no-lector, puesto que el número de lecturas pendientes siempre será infinitamente mayor que el de lecturas realizadas.

Pensémoslo un minuto. ¿Cuánta gente conocemos que no ha leído el clásico de Shakespeare Romeo y Julieta y sin embargo conocen a la perfección su historia? ¿Es más válida la opinión de alguien que leyó un libro y después lo olvidó que la de otro que sin haberlo leído está perfectamente informado sobre él? ¿Qué opináis al respecto?

Mediante ejemplos prestados de la literatura
(Proust, Umberto Eco, Oscar Wilde…) y el cine (Atrapado en el tiempo, con Bill Murray), el autor ofrece prácticos consejos para que el lector sea capaz de elaborar un discurso coherente acerca de un libro que no ha leído. Teniendo en cuenta, eso sí, multitud de factores como por ejemplo quién es el interlocutor: un amigo, un profesor – y aquí nos obsequia con un capítulo interesantísimo sobre cómo una tribu africana (los tiv) acogen la pieza teatral Hamlet- ante el propio escritor de la obra o con el ser amado.

Cómo hablar de los libros que no se han leído es un ensayo interesante que sin duda invita a reflexionar acerca de la literatura y sobre los hábitos de lectura. Sin embargo, al acabarlo probablemente a más de un lector le quede la sensación de que el autor, en lugar de darnos las claves para aprender a hablar de los libros no leídos tal y como anuncia en su título, más bien se ha decantado por explicarnos -y persuadirnos- de que hacerlo no es negativo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡Qué libro más macgregoriano!!!...je, je, je...bueno, en serio, me ha encantado la reseña pero me lo voy a comprar en cuánto pueda. Me gustan muchos estos libros tan curiosos...si, si..tiene buena pinta a priori...

A mi me pasó estas navidades con Canción de Navidad de Dickens: sabía perfectamente el argumento pero no lo había leído nunca y me pasa lo mismo con Moby Dick o con Los viajes de Gulliver por ejemplo.

También es verdad que hay veces como en el caso de la saga Harry Potter que básicamente para enterarte de que van los libros con ver las pelis va que chuta, no?

grazie mile, hermosa adolescente :)
Besos a la carbonara
josephb

Capri c'est fini dijo...

Pues al menos eso... porque anda que leer sobre libros que no se han leído...

Historia y Libros dijo...

Pues el libro tiene una pinta estupenda, Patricia. Lo cierto es que es imposible leerse todo lo que a uno le gustaría, y ese "truco" lo usamos un poco todos, al menos yo en alguna que otra ocasión.

Necesitaría varias vidas para abarcar toda la literatura que aún no me he metido en el cuerpo.

Richard dijo...

Qué bueno tu blog, lo encontramos cuando estuvimos buscando la famosa frase: "No le digas a mamá que soy periodista, dile que trabajo de pianista en un burdel..."

Te invito a
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Raúl Ciriza dijo...

Bueno, aquí quizás entramos en otro debate, porque hablar de libros que no se han leído es lícito -siempre que se avise de que se habla de oídas, no es una opinión fundamentada-.

Lo que no me parece lícito es que una persona que reseña libros lo haga sin habérselos leído. Creo que es trampa. La labor del reseñista consiste en contar, desde una óptica personal, qué aporta a la vivencia de un lector profesional determinado libro. Hacer refritos de otras reseñas es otro trabajo, el de fabricantes de productos de lectura.

O así me lo parece a mí, vaya.