lunes, 21 de julio de 2008

Yo no sirvo de niñera, por eso... ¡baby canta blues!


Mi pasión por el cine empezó desde que tengo uso de razón, y puede que incluso antes. Mis padres siempre me recuerdan que cuando ya aparecían los títulos finales de una de mis pelis favoritas, les miraba muy seria y les ordenaba "Ponédmela otra vez". Y qué remedio, la rebobinaban. Así que no es de extrañar que me aprendiera interminables diálogos que iba recitando por casa en pijama y zapatillas.

Y lo confieso: soy peliculera. Soñaba con ser un miembro más de Los Goonies y buscar a Willy El Tuerto, que un chico me dijera "como desees" porque no se atrevía a decirme claramente "te quiero" (La princesa prometida), visitar el país de los Goblins y bailar una canción de David Bowie con Jarrett (Dentro del laberinto). También quise ser canguro de niños - ¡menos mal que se me pasó!- para vivir lo que le sucede a Elisabet Shue en Aventuras en la gran ciudad, la peli que hoy nos ocupa.

Chris Parker (Elisabeth Shue) se prepara en casa para ir a cenar con su novio, pero éste en último momento cancela la cita para cuidar a su hermana. Aburrida, decide hacer de canguro a los hermanos Anderson: Sarah, una niña que sueña con conocer al héroe de Marvel Thor, y Brad, que sueña con que Chris se enamore de él. Cuando lleva sólo unos minutos en la casa, la canguro recibe una llamada de su mejor amiga Brenda, que le pide que vaya a buscarla a la estación de autobuses porque se ha escapado de casa. Finalmente decide llevarse a los niños (más un amigo de Brad que se apunta) con ella. Mientras van por la autopista, se les pincha una rueda. Y ése será sólo el principio de sus males, ya que durante esa noche serán asaltados, secuestrados, apuñalados, vivirán un tiroteo, escalarán un edificio y cantarán un blues... todo a contrarreloj para evitar que los padres de los jóvenes vuelvan a casa antes que ellos.

De la generación de los ochenta, somos muchos los que crecimos con esta entretenida película. El inicio con la canción And then he kissed me, de Crystal, es casi mítico. Del mismo modo que lo es la escena en que, escapando de unos mafiosos, se meten sin querer en un concierto. El cantante les advierte serio De aquí no se marcha nadie sin cantar un blues!". Y, evidentemente, lo hacen. Por cierto, ayer la vi por primera vez en dvd en versión original y fue chocante que cambiaran mi conocido "yo no sirvo de niñera, por eso...baby canta blues" por el "babysitting blues" (el blues de la niñera).


Mi fascinación por enamorarme de los actores de la gran pantalla se ve que también viene de pequeña. A pesar de mi edad, entendía perfectamente que Chris -que también me fascinaba- se sintiera hechizada por este chico de interminables ojos azules, que la salva de ser confundida con una conejita Playboy y que le presta dinero sin apenas conocerla. Cuando varios años después descubrí la mayor base de datos de cine, una de las primeras cosas que hice fue buscar cómo se llamaba aquel actor: George Newbern. ¡Gracias Imdb!

Ayer volví a ver esta película y me sentí exactamente igual que años atrás. ¿Puede ser que bajo los fotogramas queden almacenadas las sensaciones y se revivan una y otra vez cuando visionamos la película? Volví a querer ser Elisabet Shue bailando en su habitación mientras espera a su cita, volví a querer cantar ese blues - pero en versión castellana que es la que me sé-, volví a sentir una increíble pena por Brad cuando baja las persianas cabizbajo porque sabe que su amor es imposible y volví a enamorarme del universitario de ojos azules. A veces, es maravilloso comprobar que hay cosas que nunca cambian...


¿Y cuáles son vuestras películas de la infancia? ¿Os producen las mismas sensaciones al verlas ahora?

5 comentarios:

nuwi dijo...

Mmm qué interesante pregunta...
pues a ver, el primer recuerdo consciente que tengo del cine fue mi padre viendo una película en blanco y negro de gente extraña y una mujer vestida de negro que cantaba a la vez que se quitaba un guante. Aunque no entendí gran cosa porque en ese mismo momento yo estaba jugando con mis muñecos en el comedor, se me quedaron grabadas algunas escenas. Años más tarde entendí la trascendencia que esa misma peli, Gilda, había tenido en varias generaciones.
A pesar de que mis padres me llevaran al cine por primera vez a ver "El libro de la selva" y de lo obsesionada que estaba con la peli (estaba claro que si no me la ponían en el vídeo no cenaba), creo que mis recuerdos de pelis míticas empiezan con Indiana Jones, La princesa prometida o una versión que todavía estoy buscando y nadie parece conocer de "los hermanos Grimm", donde se explicaba en una mezcla de dibujos y peli real las peripecias de los dos protagonistas para rescatar cuentos olvidados y hacer una recopilación con ellos. Aunque si soy sincera, los mejores recuerdos de la infancia los relaciono con la Peggy y la rana Gustavo. Todavía se me saltan las lagrimas cuando los veo...snif que tiempos!
Besitos a todos y a ver si nos animamos a contestar!! ;)
MUy chulo el blog, ya lo sabes!
MUa!

Patricia Tena dijo...

Chumbi,gracias por escribir :) a mi el libro de la selva nunca me gustó mucho... así más antiguas (en las que los personaje Disney aún hablaban sudamericano) me encanta La Sirenita. Indiana Jones también es super mítica de mi infancia... aix, Dr. Jones ¡qué guapo!. Aunque quizá sea la peor, la que más veces vi era la del Templo Maldito (la escena del banquete... una vez q la vi estando enferma llegué a vomitar jejeje). Oye, me has dejado intrigadísima con lo de los hermanos Grimm, no me suena de nada y tiene muy buena pinta!! A ver si la localizamos :) besitooossss

Anika Ciberanika.com dijo...

Casi me da vergüenza admitirlo pero... Grease ^.^

Sigo emocionándome, riéndome, bailando y cantando. Y sigo enamorándome de Danny Zuco.

^.^

Anónimo dijo...

Se trata de un musical de la MGM que se llama "El maravilloso mundo de los Hermanos Grimm".
Lo mejor: el cuento del zapatero que cuando se queda dormido, los duendes le arreglan los zapatos. Los duendes eran unas marionetas maravillosas.

De las pelis de mi infancia recuerdo sobre todo OLIVER!, el musical, una peli japonesa que se llamó en España: GORGO Y SUPERMAN SE CITAN EN TOKIO, PIPI CONTRA LOS PIRATAS, LOS PADRINOS (DE GABY, FOFO Y MILIKI Y FOFITO), Y SI NO NOS ENFADAMOS (DE BUD SPENCER Y TERENCE HILL) y LA REBELION DE LOS SIMIOS.

Recuerdo también una peli de ciencia-ficcion de los años 50, que echaron una tarde en la tele en b/n y que se llamaba Planeta Sangriento: la Tierra recibe unas señales de socorro de un planeta y varios astronautas acuden al rescate. Consiguen salvar a una bella mujer a la que de vez en cuando le brillan los ojos mientras coloca sus dedos en el cuello de los tripulantes a los que se va cargando poco a poco.
Me daba mucho miedo - tenía cinco o seis años - cuando a la "vampira espacial" se le encendían los ojos.

Patricia Tena dijo...

Bueno Anika, para mi Grease también será siempre especial :) es una de esas pelis q nunca pasan de moda, siempre apetece verla :)
Joseph, las pelis que me comentas me quedan un poco lejanas, pero te agradezco mucho que hayas comentado. ¿Has probado visionar nuevamente estas pelis? ¿Revives lo que sentías cuando tenías cinco años? Yo creo que es una sensacion maravillosa! Un beso para ambos