
Asegura Eugenia Rico que todos hemos sido alguna vez acusados de algo o, peor aún, perseguidos por algo de los que somos inocentes. Por eso utiliza una novela sobre la caza de brujas como emblema de esas pequeñas persecuciones que hoy día también ocurren: “los verdugos son siempre los mismos, cambian los rostros”, puntualiza.
Actualmente no hace falta que te tachen de bruja para ir a la hoguera, basta con ser discriminado por tu color, tu religión, por ser demasiado guapa o demasiado fea, esquelética o gorda. Así pues este libro se teje como un elaborado alegato contra la odiosa tendencia actual de etiquetar a las personas y de rechazarlas si no son como nosotros.
Aunque seamos malditas es, sin duda, un libro ambicioso. No es una novela al uso, pues en su interior se encuentra una especie de catálogo de las diferentes formas y géneros con las que se puede jugar en literatura: múltiples puntos de vista -tan bien elaborados que nunca provocan confusión-, recortes de periódico que nos desvelan piezas clave de la trama, falsas sentencias de la Edad Media, y falsas tesis doctorales, un anónimo que amenaza de muerte a la protagonista o páginas prácticamente en blanco, pero que incluyen en tan sólo dos líneas mucha filosofía.

La doble trama, igual y diferente al mismo tiempo, resulta muy atrayente y se alterna con el ritmo adecuado. La galería de personajes parece recién salida de un cuento de Tim Burton y todos tienen la dosis necesaria de misterio para que nos resulten inquietantes. Los amantes de la literatura también agradecerán el juego metaliterario que propone la autora e incluso la multitud de referencias literarias que bien pueden interpretarse como una lista de grandes títulos que hay que leer: Cumbres Borrascosas, Hamlet, Los pazos de Ulloa, Bartleby, el escribiente o Grandes Esperanzas.
Nos encontramos ante una novela original, arriesgada y difícil de etiquetar, algo absolutamente idóneo teniendo en cuenta la moraleja del libro. Así que, sencillamente, si alguna vez habéis sido acusados, os han señalado con el dedo o si os habéis sentido culpables aún siendo inocentes, leed este libro con pasión. Es un buen remedio para dejar de estar maldito.
Reseña publicada en www.ciberanika.com
Próximamente entrevista con la autora.